Siempre que buscas zapatos te encuentras con ellas, incluso los dependientes al atenderte te explican que el calzado está fabricado en nobuck, charol, piel vuelta y una larga lista de nombres. Para el humano medio esta enumeración de términos carece de significado, más allá de si tiene “pelito”, es brillante o es piel “normal”. En esta ocasión te explicaremos de manera sencilla las características de cada tipo de piel y acabado para que te conviertas en toda una experta.

Tipos de pieles

  • Piel de cordero: está piel es muy fina y elástica, además conserva la temperatura de los pies y absorbe su humedad.
  • Piel de vacuno: son pieles gruesas que se suelen dividir en varias capas, muy resistentes, transpirables y elásticas. Son la mejor opción para zapatos de diario o de deporte por su gran durabilidad.
  • Piel de cabra: son pieles muy finas y flexibles a las que se le puede sacar mucho brillo, se suelen emplear en zapatos elegantes que se venden a un alto precio dado su gran calidad.

Tipos de acabados más frecuentes

  • Serraje: es una piel que resiste muy bien el desgaste y los golpes a pesar de que su calidad es menor. Este acabado se consigue al dividir una piel en varias capas.
  • Nobuck: es un acabado que vuelve la piel transpirable, resistente al agua y muy suave al tacto pero que se decolora muy fácilmente. Se obtiene al pulir la parte exterior de la piel.
  • Ante o piel vuelta: se trata de un acabado suave, delgado y dúctil, poco resistente, por lo que para su conservación requiere de unos minuciosos cuidados. Generalmente se emplea piel de cordero o de cabra, a la que se le pule la parte interna hasta obtener una especie de terciopelo.
  • Charol: es un material muy resistente al agua que requiere pocos cuidados para su conservación. Se obtiene tras aplicar varias capas de poliuretano sobre la piel, lo que le da su característico aspecto brillante.

Seguro que con estos nuevos conocimientos reconocerás de un rápido vistazo los distintos tipos de acabado y sabrás si se ajustan bien a tus necesidades.

¿Conocías ya estas diferencias? ¿Sabías para que se empleaba cada tipo de piel antes de leer este artículo?