Podríamos hacer una larga lista de los símbolos heroicos que han marcado la historia del feminismo, desde la bandera sufragista que crearon las mujeres a finales del siglo XIX, el Broche de Holloway que portaba la británica Sylvia Pankhurst, las siglas GRL PWR (“Girl Power”), el hashtag #MeToo, hasta el significado del color violeta. Sin embargo, desde 2009, la imagen que ha cruzado las fronteras culturales y geográficas en la lucha contra el feminicidio han sido los zapatos rojos.
Hace trece años, Elina Chauvet, arquitecta y artista visual, se dio cuenta de que la sociedad mexicana permanecía de brazos cruzados mientras asesinaban a mujeres en Ciudad Juárez. De hecho, los ciudadanos mostraban un comportamiento pasivo ante los carteles que anunciaban los casos de desapariciones.
Fue en ese momento cuando la mexicana creó una campaña para visibilizar el grave problema que estaba amenazando los derechos fundamentales, como la libertad y la igualdad. Para conseguirlo, Elina Chauvet expuso 33 pares de zapatos rojos en una de las calles principales de la ciudad, como si se tratara de una manifestación silenciosa.
Después de aquel momento, el acto de protesta social se repitió en multitud de países del mundo, como España, Argentina, Italia, Reino Unido, Ecuador… Una de las razones del fuerte impacto de esta campaña fue el color de los zapatos, en tono rojo como recordatorio de la sangre que se había derramado. Sin embargo, fue el propio calzado el que dio el golpe de realidad, ya que según las autoridades mexicanas era la única pertenencia que solía rescatarse de las víctimas.
Desde Zapatería Paparazzo y con motivo de la llegada del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, nos sumamos a la campaña ‘Zapatos rojos’, como expresión de arte, memoria colectiva y reivindicación femenina.
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