Si ya leíste los comienzos de Robert desde Caracas hasta Madrid, te invitamos a conocer la segunda parte de esta trepidante historia.

Una tarde de un sábado cualquiera del año 2006, Robert, ya asentado en Valladolid, decidió ver la emblemática película de Federico Fellini, La Dolce Vita. A cada instante de la película se sintió reflejado en Paparazzo, el personaje que usaba lo único que tenía a mano, una cámara fotográfica, para salir adelante en tiempos difíciles. Su forma de vida se convirtió en su profesión. Ahí decidió que él haría lo mismo, cambiando la cámara por aquellos elegantes zapatos con los que llevaba soñando desde niño.

En el contexto de una película de superación y una ciudad que atravesaba un período crítico, Robert comenzó su viaje como Paparazzo, haciendo homenaje a las habilidades del protagonista y creando un espacio lleno de retos, a la par que apasionante y divertido. Una forma de seguir adelante en tiempos difíciles, igual que Paparazzo hacía en pantalla.

La tienda, zapatería ubicada en el centro histórico de Valladolid

Así fue como en el centro histórico de Valladolid comenzó su proyecto, una tienda con aire ecléctico e historicista. Junto a la famosa calle de la Sierpe y en una ciudad llena de vida, con ansias por convertirse en referente del comercio nacional, se ubica Paparazzo. La escena, llena de carácter y personalidad, está decorada con escayolas y suelo de mármol con tacos blancos y negros, que evocan un clásico del cine y los gustos del mismísimo Renacimiento italiano.

El protagonista de esta película son los clientes, quienes atendemos de una forma sutil y sin prisas, mientras escogen los zapatos que le acompañarán a dar sus próximos pasos y lanzarse al mundo.

Paparazzo tiene su propia marca de zapatos, con un diseño inspirado en el gusto selecto y distinguido, sin pasar por alto las nuevas tendencias, pero siempre con la calidad y el made in Spain de Elche y Alicante y el made in Europe. Esta es la horma de su proyecto: La Dolce Vita. Los zapatos que se encuentran aquí son el símbolo de la elegancia, la creatividad, el empeño por la superación, la belleza de la vida, el surrealismo del mundo y la pasión de un momento.

Bienvenidos a Paparazzo y recuerda: “Vive el momento, no olvides que la constancia, el tesón y la pasión mueven el mundo”.